Comunicación vertical: qué es y cómo aplicarla en la empresa

En un mundo perfecto, las líneas de comunicación vertical que se dan entre la gerencia y los empleados están abiertas, y ambas partes pueden compartir sus pensamientos y preocupaciones de manera libre, honesta y genuina, sin temor a repercusiones.

Sin embargo, en este mundo imperfecto nuestro, hay muchas cosas que los empleados no pueden o no quieren decir a sus gerentes, y viceversa. Como en todos los aspectos de la vida, una mejor comunicación en el trabajo daría lugar a relaciones más productivas.

¿Qué les gustaría decir a los empleados?

El número infinito de situaciones en las que se encuentran los empleados da lugar a que se formen ideas y opiniones que probablemente nunca dirán a sus gerentes.

Cuando esos pensamientos son contraproducentes o provienen de reacciones emocionales instintivas, probablemente sea una buena idea que los empleados se callen. Pero hay algunas situaciones comunes en las que sería útil para los empleados hablar en lugar de contenerse.

Los empleados se quejan entre ellos, y con razón, de recibir mensajes confusos por parte de sus jefes. Por supuesto, los gerentes son humanos y son presa de los mismos hábitos que los demás.

Uno de estos hábitos (y es un mal hábito) es dar mensajes contradictorios: decir una cosa y hacer otra, las palabras y las acciones de una persona no coinciden.

Un gerente puede decir algo afirmativo a un subordinado y no confirmarlo con sus acciones, haciendo confusa la comunicación vertical.

Por ejemplo, un jefe puede decirle a un empleado que le respeta o confía en él o que destaca en el trabajo y que merece más responsabilidad (con feedback anónimo o público), pero no actuar en consecuencia después reflejando esa confianza.

El empleado se preguntará qué está pasando realmente y si el respeto del gerente es genuino. Pero no va a arriesgar su sueldo pidiendo explicaciones o hablando de promesas vacías.

Comunicación vertical: la esfera informal

Como un esfuerzo para construir una relación, los gerentes pueden iniciar conversaciones sobre la vida personal de un empleado. Pero puede resultar complicado encontrar el punto de equilibrio en esta esfera.

Cuando un gerente hace preguntas demasiado superficiales o repite las mismas cuestiones una y otra vez, los empleados empiezan a plantearse que su superior en realidad no les escucha o a creer que no le importan demasiado.

Preguntar a los empleados sobre su familia, sus intereses y su vida fuera del trabajo es algo positivo, siempre y cuando el gerente se tome el tiempo y se esfuerce por recordar estas conversaciones.

Por el contrario, un gerente puede hablar mucho sobre sus propios intereses. Puede ser un paso en dirección a una mejor relación, siempre y cuando el camino vaya en ambos sentidos.

Si el gerente no se ha tomado el tiempo de conocer a los empleados, es probable que tales autorrevelaciones resulten más como alardear o centrarse en sí mismo que como un deseo de establecer una relación con el empleado. Pero, por supuesto, el empleado nunca lo dirá.

Hay innumerables ejemplos más, y todas las soluciones se basan en escuchar, comunicarse e invertir tiempo en los demás.

El cambio necesario en la comunicación vertical

Los empleados no comparten lo que piensan porque temen las posibles consecuencias. Tienen miedo:

  • Al rechazo.
  • A las represalias.
  • A quedar en ridículo.

Se trata de elementos disuasorios poderosos. Sin embargo, hay buenas noticias: la gerencia de la empresa puede ayudar a crear el cambio necesario.

La comunicación es la clave del éxito, y los jefes que se comunican de manera abierta, honesta y transparente con sus empleados tienen más probabilidades de que sus empleados lo hagan a cambio.

Por ejemplo, si las responsabilidades laborales están cambiando o si se está implementando una nueva política, como puede ser la de retribución flexible; habría que demostrar a los empleados que son respetados diciéndoles la razón de los cambios y alentando preguntas y debates para una mejor comprensión.

La comunicación vertical exitosa no se consigue de la noche a la mañana, pero con la práctica continua, los gerentes pueden desarrollar y fomentar líneas de comunicación abiertas y cambiar la cultura para obtener más éxito y productividad.

Maria Abolafio

Responsable de marca, comunicación y contenidos en Edenred España

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