Con los últimos cambios fiscales en el sistema español hemos escuchado mucho hablar de la deflactación del IRPF y de cómo se están repartiendo las recaudaciones entre las distintas administraciones, pero, ¿a qué nos referimos exactamente?
Durante el último año hemos visto cómo los precios de bienes necesarios, como, alimentación, luz y transporte, han aumentado. Al contrario, los sueldos no han subido en la misma medida, produciéndose una pérdida de poder adquisitivo entre la población.
Para entender mejor este concepto es importante tener claro qué es la inflación. Se define como inflación a la subida generalizada de los precios de los bienes y servicios a lo largo del tiempo.
Con la subida de los precios y sin producirse subidas del salario, la población posee una menor capacidad de gasto o ahorro, ya que con el mismo sueldo tienen que hacer frente a gastos más altos, perdiendo valor su dinero.
El IRPF es un impuesto denominado como progresivo, es decir, cuanto más gana una persona, más alto es el impuesto aplicado.
¿Cuál es el problema? Con la subida del coste de vida se sigue pagando el mismo IRPF, sin tener en cuenta la pérdida de poder adquisitivo. Es decir, aunque debido a la inflación puedes comprar menos, el IRPF se mantiene.
Aquí es donde entran las medidas de deflación del IRPF. Deflactar el IRPF significa calcular el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en términos reales, es decir, ajustando su valor a la inflación, eliminando los efectos que produce el incremento de los precios. De este modo, la deflactación lo que hace es modificar los tramos del IRPF ajustando este impuesto a los nuevos costes de vida.
Aunque existe una pequeña parte de la población que se puede beneficiar de la deflación del IRPF —aquellos a los que se les aumente el sueldo de manera sustancial— lo cierto es que la realidad es muy diferente para la gran mayoría de los trabajadores por cuenta ajena.
Atendiendo a los cambios, vemos que las personas tienen cada vez menos capacidad de gasto y ahorro porque, con el salario mínimo, hay que hacer frente a la subida de los precios de productos que consumimos, de aquellos que son básicos para vivir. En comparación con 2021, el año pasado vimos cómo todo salía por las nubes y, con menos dinero, supone un verdadero problema para las familias.
Poniendo un ejemplo con números para que todo se vea más claro, mientras el IPC ha alcanzado el 9%, los salarios brutos lo han hecho solo en un 4,3%. Con estos porcentajes vemos que, aunque estemos ante una subida interesante, aquello que necesitamos para vivir sigue estando por encima.
Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid se deflactarán un 4,1% las tarifas del IRPF, un porcentaje que equivale al promedio de la subida salarial.
Nuevos tramos tras aplicar el 4,1% a la base liquidable.
| Base liquidable – Desde | Resto de base – Hasta | Cuota íntegra | Tipo aplicable % |
| 0 | 12.960,45 | 0 | 8,5% |
| 12.960,45 | 5472,75 | 1.101,64 | 10,7% |
| 18.433,20 | 15.927,30 | 1.687,22 | 12,8% |
| 34.360,50 | 21.236,40 | 3.725,91 | 17,4% |
| 55.596,90 | En adelante | 7.421,07 | 20,5% |
Poco a poco, algunas Comunidades Autónomas como Madrid, Castilla y León o Andalucía han anunciado que desarrollarán medidas para deflactar el IRPF, estableciendo nuevos tramos para este impuesto y de este modo paliar de alguna forma los efectos de la inflación en el poder adquisitivo de la población.
Sin embargo, es importante destacar que la regulación y cobro del IRPF también es una competencia estatal, y no solo de las Comunidades Autónomas.
El coste de vida está por las nubes. A pesar de que hay salarios que han subido ligeramente, el aumento del IPC al 9% es lo que más destaca, aquello que nos trae de cabeza y con lo que una gran mayoría no sabe ni qué hacer. Las empresas, sin poder hacer incrementos, deben empezar a pensar en nuevas alternativas.
Una opción para ayudar a los trabajadores puede ser la retribución flexible, este sistema retributivo permite que los empleados destinen parte de su salario en bruto al uso de una serie de servicios o consumo exentos de IRPF.
Al hablar de este nuevo sistema estamos diciendo que hay una parte de nuestro salario que va destinada al consumo de productos y/o gasto por servicios. El gasto en transporte, el gasto en comida fuera de casa o los cheques para la guardería son los servicios estrellas y más demandados por los empleados.
Los beneficios, que se están ofreciendo tanto para la empresa como para el trabajador, suponen que, entre otras cosas, para el primero aumentará la retribución neta sin que se eleven los costes por salario y para los segundos, una mayor motivación, ahorro y productividad en general.
En definitiva, la deflación del IRPF vuelve a ser un desajuste en las nóminas básicas y es que, con la alta subida de los precios para el consumo y la vida, aquellos empleados que apenas llegan al salario mínimo son los que lo tienen peor.
En este punto, la retribución flexible se ofrece como una posible solución para ayudar a los trabajadores. Los empleados, que podrán disfrutar de servicios con exenciones de IRPF y reducir el impacto del encarecimiento de los productos ¿Te parece a ti una buena idea?
