Decía Albert Einstein que si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil. Algo similar ocurre con el líder autocrático: es un modelo de management denostado por su carácter autoritario, pero también presenta ventajas que lo hacen en el estilo ideal para determinadas situaciones.
Concepto de liderazgo autocrático
Etimológicamente, autocracia procede de los términos griegos ‘auto’ (por uno mismo) y ‘kratos’ (poder o gobierno), por lo que el liderazgo autocrático puede ser definido como aquel estilo de management en el que el directivo asume la responsabilidad y la toma de decisiones de forma individual, imponiendo sus ideas y conclusiones al resto del equipo.
Esta forma de actuar está asociada a un comportamiento controlador, dominante, intransigente y excesivamente exigente, por lo que, en términos generales, no es uno de los estilos de liderazgo con mejor reputación. Pero el líder autocrático también es seguro de sí mismo, decidido y altamente preparado.
Por ello, no debemos olvidar que este modelo presenta –como el resto- cualidades positivas y negativas, por lo que la clave para discernir su adecuada aplicación descansa, no en el estilo en sí, sino en la situación del equipo y la empresa.
Fortalezas y debilidades del líder autocrático
Para descubrir cuándo es más efectivo el líder autocrático, hay que conocer cuáles son sus ventajas e inconvenientes.
Entre los pros de este estilo de liderazgo, destacan:
- Se trata de perfiles altamente capacitados, con grandes capacidades técnicas y experiencia, por lo que demuestran un dominio total del ámbito de actuación en el que se encuentran.
- El líder autocrático tiene una perspectiva de trabajo orientada al logro de objetivos a corto plazo, tratando de conseguir las metas marcadas por la empresa.
- Su desempeño es muy eficiente y, al marcar él las pautas y directrices a los equipos y controlar directamente el trabajo de los empleados, consigue que los proyectos se ejecuten en tiempo y forma.
- Este modelo de liderazgo también presenta una buena capacidad de respuesta ante posibles cambios o situaciones de crisis, gracias a la seguridad y autoconfianza que posee, por lo que permite encontrar soluciones ágiles y efectivas ante los imprevistos.
- Debido a su total supervisión, el líder autocrático simplifica el trabajo y los procesos.
- Dado que se siente poseedor del poder, este tipo de directivo también se hace responsable del trabajo de todo el equipo, tanto en sus aciertos como en sus fallos.
Entre las debilidades del líder autocrático, se encuentran:
- El líder autocrático adolece de habilidades sociales, lo que dificulta la construcción de relaciones personales y la comunicación asertiva con los trabajadores a su cargo.
- Considera su punto de vista como el único válido, ignorando las propuestas y perspectivas de los demás y evitando la participación e implicación de los trabajadores.
- Sus niveles de exigencia pueden resultar estresantes para los equipos, generando desmotivación, bloqueos mentales o absentismo en la plantilla.
- Del mismo modo que se hace responsable de los fallos colectivos, también se considera el artífice absoluto de los logros, por lo que es incapaz de reconocer el trabajo de los subalternos.
Situaciones idóneas de aplicación del modelo
Como consecuencia, existen algunas situaciones en las que este estilo de liderazgo es el más adecuado. ¿Cuándo funciona mejor el líder autocrático?
- En el caso de equipos con baja preparación, escasa experiencia o desmotivados, el líder autocrático tendrá la habilidad para marcar el camino a seguir con todo detalle.
- Cuando arranca un nuevo proyecto o se constituye un nuevo grupo de trabajo, este modelo permite establecer unas pautas claras y concisas que todos los trabajadores puedan seguir, evitando la confusión de esa primera etapa.
En situaciones de crisis empresariales o de mucho estrés, en las que no haya opción a consensuar decisiones, este líder es capaz de asumir el control y ofrecer soluciones para superar los obstáculos de la compañía.
