Garantizar la seguridad en el futuro, cuando los riesgos de la edad impidan obtener una rentabilidad por medio del trabajo, es un objetivo que se marcan los ciudadanos a lo largo de su vida profesional.
El plan de pensiones es el proyecto llevado a cabo durante la etapa laboral y cuyos beneficios se obtienen después de muchos años. Los caminos para cobrar una pensión de jubilación son dos, por el canal ordinario y público, mediante las cotizaciones en la Seguridad Social; y por la vía de la contratación privada. Ambos son compatibles. El primero está ligado al trabajo, en situación de empleado o por cuenta propia; y el segundo se puede activar y modificar en cualquier momento.
El plan de pensiones está más ligado a la segunda opción, que implica la contratación de un seguro privado, que exige al contratante una aportación económica, generalmente cada mes. Este capital entregado va generando un interés, por lo que la cantidad de dinero disponible en el momento de la recuperación será mayor que el total aportado. Las entidades bancarias y empresas especializadas en este sector ofrecen diferentes productos y condiciones, en función de las posibilidades y preferencias; por lo que cada usuario debe prestar atención en este punto y buscar aquel modelo que mejor se adapte a su situación.
La persona interesada en contratar este producto necesita, en primer lugar, contactar con una agencia aseguradora. A partir de aquí, hay diferentes aspectos que influyen en la elección contratada. La capacidad de ahorro es importante, ya que una persona no puede buscar un modelo que supere sus posibilidades.
También valora las diferentes ventajas fiscales, que se traducen en una reducción en el IRPF, o el tipo de plan elegido: fijo o variable. La desgravación es una de las principales ventajas de este proyecto, pues el usuario puede incluir esta aportación en la Declaración de la Renta y obtener una exención fiscal. Hay que tener en cuenta que las prestaciones del plan de pensiones, en cualquiera de sus formas, tributan por el cien por cien del importe en dicho Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Salario en especies y su destino hacia el plan de pensiones
La retribución flexible es una fórmula que busca mejorar la disponibilidad de dinero neto entre los trabajadores, quienes pueden destinar una parte de su salario bruto a la adquisición de bienes y servicios, a un precio inferior al habitual en el mercado; lo que se traduce, además, en una reducción fiscal. Esta vía también contempla los productos de ahorro dirigidos a complementar la jubilación, que se someten a un diferimiento fiscal, es decir, a una distribución del impuesto a lo largo del tiempo. Este impuesto sería, en el futuro, de un tipo reducido debido a que las personas disponen de un menor nivel de ingresos cuando están jubiladas, en comparación con el periodo cuando se realiza la aportación.
La fórmula de la retribución flexible se convierte, por tanto, en una vía a explorar muy interesante para los planes de pensiones. La empresa se encarga de aportar una parte del salario bruto a este fin y el trabajador encontrará beneficios en el futuro, pues el impuesto será, presumiblemente, menor; por lo que disfrutará de una mayor capacidad económica.
Hacer un plan de pensiones de empresa
El plan de pensiones también se puede hacer por vía de la empresa, mediante una medida de ahorro fomentado por la propia empresa donde la persona trabaja. Consiste en aportaciones pequeñas que compensan la pensión pública que el trabajador cobrará cuando se jubile. La compañía se encarga de realizar dichas aportaciones en los planes de pensiones de empresas, previamente definidos y aceptados por parte de los empleados. Las modalidades pueden ser de aportación definida, cuando la cantidad ha sido aprobada por ambas partes; de prestación definida, si la cantidad que cobrará el beneficiario en el futuro surge de un acuerdo; y mixta, que combina los otros dos tipos.
Cuándo y cómo cobrar
La normativa sobre el desarrollo de los planes de pensiones está sujeta a cambios que tratan de adecuarse a la situación social y económica del momento. De acuerdo con la legislación vigente, a partir del año 2025 es posible rescatar una parte del plan siempre que hayan transcurrido un mínimo de diez años desde la primera aportación. Esta situación no afecta a las personas que alcanzan los 65 años de edad y que, por tanto, tienen derecho a recuperar el total del dinero. La jubilación anticipada también se contempla para tener acceso a las aportaciones acumuladas.
El cobro se puede realizar por tres vías. La forma de capital implica un cobro inmediato y único de todo el dinero. El rescate por medio de las rentas supone la recepción de unos pagos sucesivos, al menos una vez al año; que es una vía más ventajosa desde el punto de vista fiscal. En la forma mixta, se cobra una parte en un pago y el resto se va aportando periódicamente.
Maria Abolafio
Responsable de marca, comunicación y contenidos en Edenred España
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